Hay una infinidad de situaciones por las cuales se puede consultar; situaciones que despiertan angustia, ansiedad, dolor, pánico, desesperación, depresión.
Los cambios laborales, situaciones de tensión con la pareja que parecen siempre iguales, dificultades sexuales, pérdida de un ser querido, son algunas de esas situaciones que pueden provocar la necesidad de acudir a al psicólogo o al psicoanalista.
Es importante prestarles la atención que exigen para que “no se queden sin resolver”.
Hay un momento ideal para consultar al psicoanalista y es justo cuando detectas que algo que no te gusta en tu vida se repite sin razón aparente. Aunque lo más frecuente es que no le quieras dar importancia, lo minimices y hasta lo niegues en rotundo.
Dejas pasar el tiempo…
Y para tu sorpresa, ¡las cosas no mejoran! Llega un momento en el que la angustia te invade y experimentas situaciones como que tu pareja te dice que así no sigue más o fracasas en aquello que tanto anhelabas o no tienes ganas de nada.
Como ves, esto no se detiene, ya se ha instalado y así cada vez te será más difícil disfrutar.
Conócete a ti mismo y a los que te rodean. Da un primer paso importante en tu vida.
Puedes intentar muchas soluciones, viajar, evadirte, esconderte, aunque casi todas serán pasajeras, seguramente te harán sentirte bien, pero será un alivio momentáneo, una vez que pase el tiempo, te parecerá que todo vuelve a ser como antes, que no ha cambiado nada, o incluso que las cosas ahora están peor.
Si bien esas soluciones pueden aliviar los síntomas, no llegan al origen, sólo una terapia es contundente, el psicoanálisis es uno de los procesos más indicados en estos casos.
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